El Romance y el Latín.

Las lenguas romances son más retóricas que el Latín: un idioma surgido de la urgencia, de las guerras, de lo cotidiano, más ligado a la inmediatez, al nombrar y al hacer. Por eso su flexibilidad, la cantidad de adverbios y el orden oracional donde primero se dirá lo urgente y necesario. La raíz y el follaje. 

Botánica

Al alemán le encantan las raíces, al norteamericano, el tronco y las ramas, y al italiano, el follaje.
Los idiomas crecen como los yuyos.
El sentido de la vida es estar viviendo.

Balada para piano.

Chopin tiene una delicadeza que te doable el alma.

El Protoindoeuropeo

 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 
Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 


La Torre de Babel (Genesis 17,18)

El tiempo se vuelve espacio.

 El tiempo cambia las cosas como si estuviéramos en una ciudad diferente. Y Rosario y Buenos Aires y donde sea cincuenta años después parece otra, y es otra. El tiempo se ha desplazado en el espacio, es otro, es el tiempo por dentro, es el espacio por dentro; Rosario, Buenos Aires son dos ciudades en el espacio; Rosario, Buenos Aires en el 30, en el 60, en el 90 son dos ciudades por dentro. El tiempo se vuelve espacio.
Excepto las llaves y los anteojos, todo lo demás se encuentra en Google.

Crítica al universo como holograma.

Lo que vemos, razonamos, es un espejo de nuestra conciencia. Como una imagen invertida de la Lógica.
 Se objetará lo antojadizo del caso. Pero la razón y la Lógica son medidas del cuerpo. Cuando observamos una pared y medimos su masa compacta, esta medición es funcional a nuestro cuerpo pues de otra manera la querríamos atravesar y nos golpearíamos. El punto de vista de una onda sonora, por ejemplo, en el caso de que tuviera visión y lógica, le advertiría que hay pequeños agujeros en la masa por donde podría pasar sin daño. Y el del Wi-fi indicaría que la masa no existe y la pared es solo un holograma que se atraviesa sin riesgo. Todo es del color del cristal conque se le mire.  

Novela inédita, fragmento. La Denuncia


Debo confesarle de mi otro amor, a la sazón, el más duradero. La veía por la mañana, por la tarde y la noche y como ella era muy coqueta cambiaba de ajuar por la mañana por la tarde y por la noche. Ustedes la considerarán una frívola, pero no, era y es una gran dama. Y los días luminosos, lucía de una manera y los opacos de otra. No quisiera seguir refiriéndome a ella sin pronunciar su nombre: Tour Eiffel que suena más bonito que Torre Eiffel, sin duda. Pues en castellano el nombre taconea como si fuera una maestra alemana, pero en francés, suena como el andar de la Dama de las Camelias. O de alguien por el estilo de un amor galante y refinado. No podía ser de otra manera con sus caderas anchas y su gran porte de bailarina de acero.