El orígen de los Ovnis

Dias atrás revolviendo papeles en una biblioteca barrial hallé este enigmático manuscrito que abre luz sobre los riesgos a que estamos sometidos al intentar ensayar una teoría. Pese a los anacronismos y al tono nada académico del supuesto diálogo o monólogo no he querido corregir nada para conservar la frescura del texto.

...recuerdo a un alquimista que decía que los OVNIS eran el efecto de los gases de la bosta acumulada en los campos de batalla que subía al cielo y se prendía en las hogueras de las tropas que acampaban. Por eso la forma de platillo luminoso, vio, de los marcianos, que tampoco eran.

El sabio contaba de unos experimentos con chanchos y vacas que se habían hecho en el INTA Pergamino para demostrar el fenómeno OVNI.

A los animales lo habían metido en un establo cerrado con brea por todos lados, desinfectado con Gamexane 500, decía, para que no se metan otros bichos, y que bueno, encerradas las bestias durante una semana, a guiso de porotos y lentejas día y noche, se había logrado demostrar lo que decía.

Había un dibujo que explicaba el asunto. Los gases que largaba la mierda se juntaban adentro del establo hasta alcanzar una buena cantidad, cosa que se medía en un manómetro. Al llegar ahí se accionaba una palanca que los soltaba a través de unas cañerías que daban afuera. Los científicos esperaban que se produjera una ráfaga hacia arriba y que se formara una nube de considerable tamaño. Al mismo tiempo a veinte metros en un descampado se tenía encendida una fogata que simulaba las de los soldados de Napoleón o del general que fuera.
Ni le cuento que estos científicos aconsejaron a todo el personal del INTA el uso de escafandras de combate debido al olor nauseabundo que arrojaba la materia.

Parece Don José que el trabajo se fue retrasando unas cuantas semanas porque esperaban un día nublado para observar a pocos metros lo que iba sucediendo allá arriba. Y más de una vez esperándolo se largó a llover para peor porque se le apagó hoguera.
Estos tipos tenían anotado todo bien lo que había sucedido, no vaya a ser que después alguien saliera a decir que las cosas fueron distintas.

De la primera semana dijeron que un día el cielo había estado tranquilo y de que habían accionado la palanca y la nube se había formado a doscientos metros de altura. Se imagina la alegría. Al fin. Pero sabe, había pocas nubes y parece que así como se formó enseguida se diluyó porque no alcanzaban para sujetar.

A la segunda semana anotaron que se habían venido a quejar los chacareros de la zona por los olores inmundos conformándolos con pocas palabras, mas como al tercero habían regresado con un escribano y un funcionario de justicia con la denuncia de que allí se había instalado un frigorífico clandestino (colgadero), se le tuvo que explicar el asunto.

Los del Inta le mostraron los sellados y permisos, nacionales, provinciales y del municipio, y la libreta de sanidad con el estampillado al día explicándoles de que se trataba de un experimento científico autorizado por Bromatología, lo que calmó al vecindario que ya se quejaba porque la soja no crecía como antes y el alpiste se le volvía rancio antes de aparecer.

El tercer día fue el de más entusiasmo y, en realidad, el que le sirvió para animarse a publicar los resultados en una revista.

Así fue Don José. Parece que había amanecido nublado y hasta tiempo tuvieron para retrasarse con unos mates.

A eso de las nueve la hoguera estaba dele largar chispas, y a las diez abrieron las exclusas del establo y ese gas que venía presionando hacía tiempo salió para arriba como un volcán y se formó la nube.

La revista decía que aquello en el aire parecía que se iba a caer por el peso que llevaba y todos miraron con bronca al cocinero pensando en el guiso de porotos y lentejas que a la gente la tenía harta.

Pero no pasó de ahí, porque el globo se elevó, balanceándose a derecha e izquierda, como si bailara, y el viento lo fue arrastrando hasta la fogata que atizaban varios peones con desesperación. Y allí sucedió lo que tenía que suceder. Cuando las llamas tocaron la nube, esta se iluminó entera, lo que dura un pedo, y se extinguió.

Don José, el alquimista decía que aquella era la verdadera explicación de los OVNI y que no le dieran más vueltas al asunto porque no había otra. Algunos le retrucaron que no podía ser porque había durado muy poco, pero el se defendía diciendo que una cosa era el experimento y otra el campo de batalla donde hay miles y miles de caballo que meten mierda por todos lados.
Pero la cosa no termina ahí, Don José, el artículo seguía y preste atención porque ahora viene lo mejor.

Parece que al cuarto día es que sucede el desastre.
No se sabe bien porqué, si por algún olvido o por la falla de algún resorte, la válvula de seguridad que anunciaba con un chirrido que la presión dentro del establo había subido demasiado, esa noche dejó de funcionar.

Para colmo se le dieron todas en contra. No va que al sereno de siempre le cae una visita de esas olvidadas, una prima, creo, que hacía no se cuanto que no la veía y entre adiviná quien soy, y no me acuerdo, dejame pensar, soy Cleo... ¡Cleotilde! y los abrazos, los besos, los recuerdos y que sabía del pueblo y de la Anacleta, se demoró mas de dos horas en las oficinas cometiendo la macana de dejarlo en reemplazo al tape Burgos, un correntino que no sabía nada de manómetros y se pasaba el santo día meta darle un cigarro tras otro llorando a su Corrientes porá.

Se cree que fue la chispa del cigarrillo la que produjo la explosión. Se imagina general que aquello reventaba por lo cuatro costados. Y fue así porque el estallido se escuchó en todos los pueblos de alrededor lloviendo mierda por siete días consecutivos.
Se imagina, los vecinos desesperados reunidos en la plaza del pueblo, con paraguas, celofanes, capas, a pié porque los autos resbalaban sobre la bosta y había que esperar a que se secase para ser despegada y barrida.

Para qué, enseguida aparecieron los dirigentes de los campesinos y subidos al pedestal de Sarmiento con los copos parduscos de mierda que descendían lentos, y toda la bronca, arengaban a la gente.

Era de verlo a Bulzani llamando a no hacer caso a lo que decía el gobierno de que esto no era mas que abono y de que se pararía al otro día, o que estaban viajando desde Buenos Aires los bomberos voluntarios de Lomas de Zamora. Que este no era un problema de rindes, ni de esperar uno o dos días, sino que era una cuestión de larga data para el campo y que aquel viejo refrán de que estábamos con la mierda hasta aquí hoy se hacía realidad. Y llamaba a otro tractorazo para ver si esta calamidad por fin se terminaba.
Así que, Don José, verá usted lo variada que eran estas revistas. (sigue el manuscrito)

Este padre Grassi también, haberle puesto a su fundación
“Felices los niños”

El universo, ¿se expande o se contrae?

Por momentos me causa gracia tanto entusiasmo con la teoría del Big-Bang. No hay conversación intelectual donde no se la mencione a propósito de tal o cual cosa. Se la ha adoptado como otro hijo de la sabiduría de occidente en la convicción de que no hay dudas, no solo la humanidad va hacia adelante, sino también el universo.
Ahora bien, es de Perogrullo saber que el movimiento de las cosas se ven de acuerdo con el punto de vista del observador. Pongamos un ejemplo. Vista la luna desde la tierra esta describe un movimiento circular; pero vista desde el sol describe una onda. Haga la prueba con tres monedas y después me dice.
En resúmen. El universo se expande visto desde la tierra, a no ser que alguno de nuestros sabios haya ido de conferencias a otra galaxia.
Para no darle mas vueltas al asunto, un amigo mío que vive a tres trillones de años luz de mi barrio, me dijo una vez que visto desde allí, sin duda, el universo no se expande, se contrae. ¿Qué le parece?

Gluck, Christoph Willibald (1714-1787)

Orfeo y Eurídice

Ese metal bajo
Marca en su soledad
Toda tu tristeza,
Todo tu amor,
Orfeo,
Tu descenso
al reino de los fuegos
tu espiral profunda
y deseo.
Cada uno de nosotros perdurará en el re­cuerdo, pero siempre en relación a la grandeza de su expectativa: uno alcanzará la grandeza porque esperó lo posible y otro porque esperó lo eterno, pero quien esperó lo imposible, ese es el más grande de to­dos

Soren Kierkegaard (Temor y Temblor)
¡Este Chopin, cómo pulsa la tecla justa que toca el alma!



¿Qué es la juventud? Un sueño. ¿Qué es el amor? El contenido de ese sueño.

Soren Kierkegaard ( O lo uno o lo otro)