Escuchado en la mesa de al lado: ¡A ese habría que matarlo!; perdé cuidado... no se va a alterar el ecosistema.
Para el fracaso hay muy pocas chances de error.

Según pasan los años.

De chico hacía cola delante del confesionario, ahora, del cajero automático. Los tiempos cambian pero el secreto es el mismo.
Cada uno roba según sus posibilidades.