Fue primicia de Pedro Páramo.

MARADONA BANCÓ A RIQUELME




Consejo de un amigo.

Si tenés plata en un banco extranjero está atento a Wall Street, si la tenés en el Nación, cuidate del cajero.
Andar por el aire,
suspendido en el aire,
metido en el vientre de las cosas,
volver a la multiplicidad
y al silencio.
Tal vez la ironía y el cinismo de la mediana edad sea tan solo una cura para la depresión. Un acicate morboso, una risa diabólica para aplacar el dolor, la desazón y los sinsabores de ese cuerpo que ha perdido su juventud.
Me gusta la campaña presidencial de EEUU porque no se suspende por mal tiempo. Me recuerda a esa orquesta del Titanic que no dejó de tocar hasta que el barco se fue a pique. Claro, era solo una película.
Y es como si hubiéramos naufragado y todos pedaleáramos o hiciéramos diferentes movimientos para mantenernos a flote y uno nos dijera que para allá está la costa y que ya falta poco para alcanzarla, y otro, al mismo tiempo, nos dijera que no, la costa está para el otro lado y un tercero lo mismo, y un cuarto, y se escuchara un gran vocerío indicando diferentes rumbos y anunciando la proximidad de ella cuando uno sabe, se da cuenta, de que no hay costa porque las costas no existen y que el movimiento solo nos alcanza para no irnos a pique.
Entonces creo que somos un agua viva con la misma endeblez transparente de una ameba y que por más que nos cubramos de huesos, de músculos, cartílagos, tendones y acero, por más que nos recubramos de ropa de abrigo y cultura, seguimos teniendo la misma languidez que se hunde finalmente al contacto de la arena.