Entonces creo que somos un agua viva con la misma endeblez transparente de una ameba y que por más que nos cubramos de huesos, de músculos, cartílagos, tendones y acero, por más que nos recubramos de ropa de abrigo y cultura, seguimos teniendo la misma languidez que se hunde finalmente al contacto de la arena.

No hay comentarios: