Guy de Maupassant

¿Quién podría separar lo verdadero de lo engañoso en los actos ,de las mujeres? Fingen con sinceridad, haciendo su papel convencidas, emocionadas. Su voluble sentimentalismo las hace de pronto ardientes, agradecidas, criminales, encantadoras o innobles. Mienten sin cesar y sin querer, sin comprenderlo y sin sospecharlo; y a pesar de sus constantes mentiras, en sus actos domina la sinceridad, que se veía en sus resoluciones inesperadas, incomprensibles, irreflexivas, inverosimiles a veces, que de pronto contradicen los razonamientos lógicos, nuestra costumbre razonadora y todos los cálculos de nuestro egoísmo. La brusquedad y la sorpresa de sus resoluciones las hacen aparecer a nuestro juicio como indescifrables enigmas. Y nos preguntamos a-cada instante: ¿Son falsas o sinceras? Amigo mio: sinceras y falsas a la vez, porque su naturaleza las exige que oscilen sin cesar entre dos opuestos caminos y no se decidan por éste ni por aquél. Son ambas cosas y ninguna.
Guy de Maupassant. La modelo

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