Estas dos palabras latinas son hermanas, una significa ahora, la otra, nunca. Busqué la etimología de ambas pero por desidia o falta de interés a poco andar deseché de la idea. Hasta allí no había encontrado relación alguna.
Sin embargo, las hallo muy parecidas y me permito una sospecha. Para los romanos, hombres de continuas guerras, guerreros, el ahora y el nunca en la batalla podían significar lo mismo, matar o morir era la oportunidad del ahora o nunca.
El presente también lo expresa. Elegir un camino es desechar otro y el ahora de uno puede ser el nunca del otro. Pienso en una carrera universitaria, en un oficio, en un amor o familia. Se puede regresar al pasado pero ya no será igual: la aldea, la ciudad, el pueblo y hasta uno mismo
El lenguaje.
Es como una tarjeta que te insertan de chiquito. Podés aprender otro idioma o tener dos o tres lenguas, pero igual es como si cambiaras de chip. Siempre vas a rondar en ese idioma tratando de enteder las cosas; y la realidad se te va a escapar por las rendijas. O, tal vez, vas a construirte tu propio mundo que se va a dar de narices, cada tanto, contra el piso.
Un flaco alto de pelo largo.
Un flaco de ahí a la vuelta, enfrente del kiosco de Cachito -me lo contó Graciela-, dice que él es Dios, o mejor dicho, el hijo de Dios.
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