El lenguaje.

Es como una tarjeta que te insertan de chiquito. Podés aprender otro idioma o tener dos o tres lenguas, pero igual es como si cambiaras de chip. Siempre vas a rondar en ese idioma tratando de enteder las cosas; y la realidad se te va a escapar por las rendijas. O, tal vez, vas a construirte tu propio mundo que se va a dar de narices, cada tanto, contra el piso.

No hay comentarios: