Sufrir, tolerar, permitir.
Estas tres palabras de diferente significado, en alemán se resumen en una: Leiden. Me llama la atención como la experiencia de una comunidad se logra sintetizar en un solo vocablo; cuantas veces hemos visto sufrir a alguien y nos preguntamos ¡cómo lo puede tolerar!, y es habitual que alguien, tal vez más perspicaz que uno, nos agregue: ¡y cómo lo puede permitir!
Los Confinados (se pueden leer las primeras páginas)
Seguí el vínculo para leerlas.
Más allá de la nube de Albúmeda (pueden leer el primer capítulo)
A lo largo del relato, en la mirada de un extraño que nos juzga y nos sentencia, se repasan los hechos más recientes por los que debe atravesar la humanidad: los virus, la pandemia, y el futuro de nuestra especie.
Inquietante novela de Miguel Ángel Mori que intenta despojarse del antropocentrismo en busca de otra mirada sobre la condición humana.
Con el humor de siempre y las transgresiones gramaticales y sintácticas (por puro juego) al que el autor nos tiene acostumbrado.
Naufragio
Es una balsa que avanza lenta. Una balsa de tablas peladas. Allí lejos está la muerte. Está lejos, pero ya se la alcanza a ver. El avance es inexorable; puedo utilizar mi tiempo leyendo un libro, construyendo una casa, viajando, pero la balsa no se detiene. Estoy solo, puedo estar rodeado de gente, pero sigo solo, puedo aturdirme de droga, de alcohol, pero el lento avanzar no se detiene.
Ahora el sol me da de lleno, en otros momentos puede llover, hacer calor, o frío. El lento avanzar de la balsa es inexorable, es la muerte en cámara lenta; uno puede saltar y zambullirse, pero eso sería un suicidio, un mal trago para mí y los que quedan. Uno piensa que puede haber un barco que pase salvador a lo lejos, pero esta no es una película de náufragos, la balsa avanza inexorable en una esquina tomando una cerveza con amigos, riendo, llorando, entretenido, aburrido, la balsa avanza. Aunque uno vuelva a escuchar la bocina.