Segunda parte de mi novela "La Julia" Se puede leer un fragmento. https://www.amazon.com/dp/B0DQPXXC5T?asin=B0DQPXXC5T&revisionId=f2e04ebb&format=3&depth=1 https://a.co/d/3oMuoEO
Siguiendo el enlace se puede leer un fragmento.

Novela: La Julia

Siguiendo el link pueden leer las primeras páginas:

La esperanza.

 ... es como el agua para las plantas; si falta, uno languidece.

Sufrir, tolerar, permitir.

  Estas tres palabras de diferente significado, en alemán se resumen en una: Leiden. Me llama la atención como la experiencia de una comunidad se logra sintetizar en un solo vocablo; cuantas veces hemos visto sufrir a alguien y nos preguntamos ¡cómo lo puede tolerar!, y es habitual que alguien, tal vez más perspicaz que uno, nos agregue: ¡y cómo lo puede permitir!

Los Confinados (se pueden leer las primeras páginas)

Seguí el vínculo para leerlas.


 Esta novela escrita dos años antes de la pandemia advertía sobre los peligros que acechaban a la humanidad. Hoy se puede leer como un prólogo a lo que estamos viviendo; el futuro asoma incierto en un planeta que pareciera ya no aguantar nuestra presencia; la naturaleza, como un animal herido, como un monstruo antediluviano pareciera sacudirse para intentar librarse de las garras de este bípedo que intenta cuadrarla a su imagen y semejanza.

Más allá de la nube de Albúmeda (pueden leer el primer capítulo)


 Siga el vínculo para leerlo

 El narrador de esta historia es un gamucino de Gamaomega, un planeta perteneciente a la Hermandad de los Luceros, ubicado a millones de años luz de nuestro planeta. Su misión es un pormenorizado estudio de nuestra especie a fin de volcarlo en un informe destinado a los habitantes de su galaxia.
A lo largo del relato, en la mirada de un extraño que nos juzga y nos sentencia, se repasan los hechos más recientes por los que debe atravesar la humanidad: los virus, la pandemia, y el futuro de nuestra especie.
Inquietante novela de Miguel Ángel Mori que intenta despojarse del antropocentrismo en busca de otra mirada sobre la condición humana.
Con el humor de siempre y las transgresiones gramaticales y sintácticas (por puro juego) al que el autor nos tiene acostumbrado.



Confesión.

 Toda mi literatura fue construida sobre un colchón de miedo.