La Guardia (novela)



Pueden leer las primeras páginas siguiendo el link:  

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El lenguaje es un laberinto.

  El lenguaje es un laberinto, y todo laberinto es una cárcel, y si no podemos salir de ahí, estamos fritos, no podemos vivir. 

La Ayahuasca (nueva novela)

Siguiendo el vínculo, pueden leer las primeras páginas:



https://www.amazon.com/dp/B08R6KC1SG


 La ayahuasca es una bebida alucinógena que consumen los pueblos originarios de la Amazonia para acceder a distintos planos de la realidad o estados de conciencia para así conseguir la purificación. Este conocimiento esotérico les permite conectarse con sus ancestros y limpiarse de las capas culturales que los han venido contaminando desde siglos.

El camino de la ayahuasca es también un intento del narrador por desprenderse de la cotidianeidad y del paso lento y torpe de la rutina; es también un intento por librarse de las reglas gramaticales y de las formas establecidas del lenguaje.
Dos amigos, profesores de Letras van a visitar un pueblo y comienzan a notar que poco a poco la realidad se va distorsionando, primero la del tiempo, después, la del espacio, y finalmente, la del propio texto.
Al final, pareciera imponerse la razón, pero son tantas las dudas que deja esta novela que solo parecen recidivas del brebaje.
Estimado lector, no se asuste por los errores y las incoherencias, siga adelante, al fin de cuentas, es lo que nos sucede a diario.







Einstein y el tiempo

¡Claro que existe la distancia! Pero el metro es un invento del hombre para medirla. ¡Claro que las cosas cambian! Pero el tiempo también es un invento del hombre para medir ese cambio. ¡De qué nos habla Einstein! De imaginerías.

 El tiempo no pasa, pasamos nosotros.  

La verdad

La verdad no está hecha de palabras.

Reconciliación.

En la Argentina se está hablando ahora de la reconciliación. Termino político que significa dejar atrás las secuelas de la guerra sucia llevada a cabo por los militares durante el periodo 1976-83, con los miles de muertos, desaparecidos y violaciones a los derechos humanos. Dejar atrás y darse un abrazo de olvido entre las víctimas y los victimarios.
 Si en la Argentina esta tarea estuviera en manos de los políticos, hace rato estaríamos reconciliados. Después de la segunda mundial los políticos de occidente rápidamente dejaron atrás los juicios de Núremberg y se pusieron de acuerdo para enfrentar al comunismo y volver a los negocios. Después de tantos años de guerra en Vietnam, con cientos de miles de muertos y extremas violaciones a los derechos humanos, los políticos se volvieron a dar la mano y hacer negocios.
 Sin embargo, las madres, las viudas y los huérfanos de esas guerras no olvidan, no olvidan el dolor que llevan adentro por el resto de su vida.
 En la Argentina el tema de los derechos humanos no fue engendrado por los políticos sino por el vientre de las madres y abuelas que perdieron a sus hijos. Su raíz no es política, no es silogística, si no se engendra en el dolor, en la ausencia, en las lágrimas. No hay acuerdo político posible con ese dolor de madre. No hay razones de estado. No hay reconciliación posible como no la hay en las madres y abuelas de la segunda guerra mundial que vieron ir a sus hijos a las cámaras de gas o vieron caer las bombas de los aliados en las ciudades habitadas por ellos. Se podrán reconciliar los políticos en su ajedrez perfecto, nunca las madres.